La templanza es una de las cuatro virtudes cardinales (prudencia, justicia, fortaleza y templanza). Modera la inclinación a las pasiones, a fin de contenerlas dentro de los límites de la razón iluminada por la fe. También ayuda a moderar los apetitos y la tendencia por los estímulos inmediatos.
En el contexto hedonista que impera en la actualidad es más difícil y a la vez más importante que tu hijo desarrolle este valor, ya que constantemente está sometido a tentaciones y riesgos que pueden mermar su desarrollo.
Por eso es importante que las familias contribuyan a que sus hijos adquieran templanza, ya que así podrán tener más fuerza de voluntad, así como otros beneficios que se describen a continuación.
La templanza es el regulador que debes enseñar a tu hijo para que tenga una vida sin excesos y logre reaccionar mejor ante las contrariedades y los retos de la vida.
Asimismo, enseñar templanza a tu hijo le permitirá tener serenidad y seguridad. Cuando el alma del hombre se conserva dentro de ciertos límites, adquiere la capacidad suficiente para saber qué puede y no hacer y cuál es el lugar que realmente le pertenece.
Al respecto, San José María dice que “no todo lo que experimentamos en el cuerpo y en el alma tiene que resolverse a rienda suelta; no todo lo que se puede hacer se debe hacer”.
Dicho en otras palabras, la inteligencia nos ayuda a identificar lo que Dios nos comunica sobre qué nos conviene hacer para tener una vida más plena y libre de ataduras.
La meta es lograr que tu hijo tenga un juicio correcto sobre las distintas experiencias y circunstancias de la vida, de modo que opte siempre por el bienestar personal y colectivo.
Para ello hay que fomentar el uso de la conciencia, que sirve para utilizar la razón y así discernir entre lo que tiene beneficios reales a nuestro ser y lo que sólo es una forma de evadirnos. Eso preparará a tu hijo para tomar más y mejores decisiones conforme vaya creciendo.
Educar en templanza se trata de enseñar lo que es bueno en términos éticos y lo que realmente se necesita, y mostrarle a tu hijo todo aquello de lo que puede prescindir. Además, implica inculcar la serena aceptación ante las cosas de la vida que no podemos cambiar.
<< Actitudes que hacen a un joven virtuoso >>
En el Colegio Álamos nos interesa ser un colegio para niños donde la educación en virtudes sea una tarea constante, sin descanso ni fecha de caducidad. Por eso, además de compartir aprendizajes académicos, fomentamos las virtudes que son necesarias para que los niños y adolescentes logren con seguridad sus metas.
Nuestro objetivo es formar hombres íntegros y responsables que conozcan su valor y estén dispuestos a hacer del mundo un lugar mejor para todos. Por ello, tenemos la meta de educar a tu hijo en todos los aspectos de su persona: intelectual, físico y espiritual.
Anillo Vial Fray Junípero Serra No 1000, Col. Arboledas Querétaro, Querétaro.