¿Cómo tratar el tema del duelo con tu hijo adolescente?
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¿Cómo tratar el tema del duelo con tu hijo adolescente?

El duelo es el proceso de adaptación mediante el cual tu hijo, como cualquier otra persona, tiene que asimilar la pérdida de algo o alguien significativo en su vida. Y para llevarlo a cabo necesita de tu guía: explícale en qué consiste y cómo puede elaborarlo.

 

Aunque nunca es fácil abordar este tema, menos aún cuando hay lazos afectivos de por medio, sí es posible que en distintos momentos se lo comuniques de manera efectiva a tu hijo. ¿Cómo puedes hacerlo? A partir de acciones concretas como las que a continuación te compartimos.

¿Cómo tener conciencia sobre el duelo?

La pérdida y la muerte forman parte de la vida misma, por lo que son procesos ineludibles. Tener conciencia de esto es el primer paso para que tu hijo elabore cualquier tipo de duelo y acepte que su vida no será igual que antes porque ha sucedido un gran cambio.

 

De tus explicaciones sobre la muerte depende la forma en la cual tu hijo puede experimentar sus primeros duelos, los cuales tienden a marcar las experiencias de pérdida que inevitablemente experimentará en el futuro.

 

No le ocultes una pérdida a tu hijo ni se la comuniques a través de eufemismos; eso en lugar de protegerlo hará que crezca sin exponerse al sufrimiento, por lo que será más propenso a la frustración y no desarrollará las habilidades emocionales necesarias para afrontar situaciones más complicadas cuando sea adulto.

¿Cómo explicar el duelo?

El primer paso para comprender algo es conocerlo, y el duelo no es la excepción; por lo tanto, dile a tu hijo cuáles son las características principales de este proceso:

  • No se puede revertir la muerte o pérdida de alguien, pero a través del duelo sí podemos trabajar en nuestros sentimientos para no ahogarnos en el dolor.
  • Es una reacción psicofísica ante una pérdida, no es ninguna enfermedad ni una condición que deba causar vergüenza o culpa.
  • Es cambiante porque a diario se suscitan muchos cambios emocionales.
  • Para permitir la sanación hay que compartir el dolor con personas queridas y de confianza; los duelos silenciados agudizan las emociones perjudiciales para la salud.

En la adolescencia las preocupaciones alrededor de una pérdida tienen que ver con el sufrimiento, el afecto y los problemas futuros. Por ende, si hay alguna duda que no puedas resolverle a tu hijo, no dudes en buscar ayuda profesional y espiritual.

¿Cómo comunicar una pérdida?

Para proteger a tu hijo de una noticia de pérdida tienes que comunicársela con un lenguaje adecuado a su desarrollo integral. Para ello toma en cuenta lo siguiente:

  • Trata de hacerlo en un lugar seguro, tranquilo y silencioso.
  • Utiliza un contacto físico cercano pero no agobiante.
  • Evita usar eufemismos que den lugar a una falsa esperanza de reencuentro.
  • Habla de forma clara: no des detalles innecesarios ni explicaciones abstractas, sé conciso y usa palabras que tu hijo entienda.
  • Usa un tono de voz cálido.
  • Comparte sus emociones y déjale saber las tuyas.
  • Interésate en sus sentimientos y pensamientos sobre el hecho.
  • Pregúntale sus dudas y ayúdale a disiparlas por medio de información confiable o acercándose a especialistas como psicólogos y tanatólogos.

El lenguaje es vital para ponerle nombre a lo que sentimos y pensamos, con el fin de manifestarlo, entenderlo y solucionar aquello que haga falta. En el caso de la muerte, la pérdida y el duelo, hablar de estos temas permite reconocer su trascendencia, manejarlos mejor y dejar de tratarlos como un tabú.

¿Cómo acompañar el duelo?

La pérdida es un proceso natural e irreversible que modifica los aspectos biológico, psicológico y social de tu hijo. Por eso es necesario que estés todavía más pendiente de él si está viviendo un duelo.

 

Lo anterior no implica forzarlo a hablar si no quiere hacerlo, sino tomar en cuenta todo aquello que surja tras la pérdida, se mantenga en el tiempo y afecte su vida.

 

De hecho, debes estar especialmente atento a estas situaciones que son síntomas de que tu hijo necesita externar lo que siente y lidiar de maneras sanas con su pérdida:

  • Incapacidad para recuperar el ritmo académico.
  • Falta de ánimos para convivir.
  • Pensamientos de culpa.

Así, al brindarle apoyo emocional a tu hijo, de manera directa o al llevarlo con especialistas, le permites sentirse acompañado, aprender a resistir ante este tipo de hechos y conocer sus emociones y tener control sobre ellas.

 

No obstante, es importante mencionar que el proceso de aceptación de una pérdida depende de varios factores, principalmente:

  • La etapa física, mental y espiritual en la que se encuentre tu hijo.
  • Los lazos afectivos construidos con ese alguien o algo.
  • El contexto social y las reacciones de las personas de referencia: tú, un amigo o un familiar.
  • Los cambios en su entorno más próximo: qué aspectos se modificaron a partir del cambio sucedido.

¿Cómo empatizar con la pérdida?

A pesar de que la muerte de un ser querido es el duelo que más impacto tiene en tu hijo, también puede experimentar otras pérdidas importantes que le causen tristeza, soledad, angustia, confusión, ansiedad e incluso depresión. Por ello es importante que exprese sus sentimientos e ideas al respecto, lo cual puede hacer de manera oral, gráfica y/o escrita.

 

Si no comprendes por qué a tu hijo le duele cierta pérdida, igual trata de ser empático con él y no juzgues su dolor. Recuerda que es válido si siente mucho la pérdida de algún objeto significativo, un fracaso escolar, la muerte de una mascota, un desencuentro amoroso o si se siente excluido de un grupo social.

 

Por otro lado, este proceso no siempre avanza hacia adelante: a veces tu hijo estará como si nada pasara y otras como si en su vida nada más importara. Y esos cambios no indican que en el fondo no le importe la pérdida, sino que está lidiando con ella.

¿Cómo socializar la pérdida?

De acuerdo con la Guía sobre el duelo en la infancia y la adolescencia, a partir de los 6 años es una edad conveniente para asistir a un funeral o entierro. Dado que tu hijo ahora está en la adolescencia, él mismo puede decidir si quiere o no asistir.

 

Sea cual sea su decisión, acompáñalo en todo momento. Además, trata de anticiparle cómo se desarrollan esos eventos y ten disposición para responder sus preguntas e inquietudes acerca de lo que ahí suceda.

 

Una vez que estén en el lugar, asegúrate de que tu hijo pueda involucrarse en el ritual, especialmente si tenía una relación con la persona que murió. Este manejo social de la pérdida le permitirá a tu comenzar a elaborar su duelo.

¿Cómo vivir después de la pérdida?

Aunque en el momento de una pérdida ninguna persona sea capaz de verlo, a veces esta clase de eventos sirven para impulsarnos a buscar nuevas y diferentes perspectivas en nuestras vidas. En ese sentido, tras un proceso de duelo tu hijo puede desarrollar nuevas habilidades que le ayuden tanto a su crecimiento personal como cicatrizar bien la herida.

 

Cabe mencionar que para ayudar a que lo anterior sea posible, tú y el resto de la familia tienen que realizar la menor cantidad de cambios posibles, a fin de que tu hijo continúe con sus rutinas escolares y personales. Y, sobre todo, tienen que brindarle todo el amor y la paciencia posibles.

 

En este tipo de escenarios es de gran ayuda que el ámbito escolar de tu hijo sea sensible y conozca la situación, para que le brinden apoyo para manejar y encauzar todas las emociones e ideas que tenga alrededor de su pérdida.

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Fuentes

Artaraz, Batirtze, et. al. “Guía sobre el duelo en la infancia y la adolescencia”. Colegio de médicos de Bizkaia. 2017. Retomado de: https://www.sepypna.com/documentos/Gu%C3%ADa-sobre-el-duelo-en-la-infancia-y-en-la-adolescencia-1.pdf

“Hablemos de duelo. Manual práctico para abordar la muerte con niños y adolescentes”. Fundación Mario Losantos del Campo. (s. f.). Retomado de: http://www.cop.es/uploads/PDF/MANUAL-PRACTICO-PARA-ABORDAR-LA-MUERTE-CON-NINOS-Y-ADOLESCENTES.pdf

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