Conforme tu peque vaya creciendo tendrá que afrontar retos y problemas propios de la vida y de los cuales tiene que salir fortalecido si quiere tener una vida plena. Para ello tiene que desarrollar su capacidad de resiliencia y tú puedes ayudarle a lograrlo.
La resiliencia es un aprendizaje constante como lo son los cambios en la vida, por eso tu hijo tiene que practicarlo cada vez que está frente a una adversidad, incluso una que a ti te parezca algo irrelevante, puesto que él apenas está descubriendo el mundo.
Dado que tú no podrás estar con él toda su vida para evitarle cualquier sufrimiento, lo mejor es que le ayudes a entender cuándo tiene que cuidarse de factores de riesgo y cuándo tiene que ser responsable, tratar de solucionar un problema y aceptar las consecuencias que resulten.
A propósito, para que tu pequeño sea poco a poco más resiliente tienes que guiarle en la construcción de las siguientes bases anímicas y espirituales:
Las personas que desde la niñez trabajan su capacidad de resiliencia tienen un desarrollo más integral porque salen fortalecidas de los problemas que llegan a vivir, lo cual no implica que no sufran durante el proceso o que no les cueste adaptarse a nuevas circunstancias, más aún si no les son favorecedoras.
De hecho, a ese tipo trabajo con tu peque se le denomina resiliencia primaria, ya que mediante la convivencia diaria puedes enseñarle a perseverar, tolerar la frustración y aprender de sus errores.
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Por otro lado, también existe la resiliencia secundaria, que tu hijo puede trabajar mediante su interacción con personas ajenas a su ambiente familiar, especialmente como parte de una comunidad escolar.
Asimismo, hay ciertas acciones a las que puedes motivar a tu pequeño para fomentar en él la resiliencia:
A partir de las experiencias resilientes tu pequeño puede adquirir suficiente intuición para saber cuando algo no está funcionando bien o tiene que modificarse para mejorar. Esto le permitirá ser realista, avocarse a los hechos y no evadir los problemas que sí le atañen.
Para lograr lo anterior tu peque puede servirse de un acto sencillo y muy útil: verbalizar sus problemas, historias y recuerdos, ir construyéndose de manera sana a partir del lenguaje, el cual puede reconfortarle en momentos complicados.
Por último, recuerda que siempre puedes recurrir a su pediatra y a otros especialistas médicos para que tu hijo crezca sano y fuerte.
Fuentes
“Resiliencia en la infancia y adolescencia”. En Familia AEP. 20 de junio de 2019. Retomado de: https://enfamilia.aeped.es/vida-sana/resiliencia
“Resiliencia infantil: qué es y por qué es tan importante”. ElDiario.es. 27 de octubre de 2017. Retomado de:
https://www.eldiario.es/consumoclaro/madres_y_padres/resiliencia-infantil-importante_1_3109981.html