Cuando somos papás de niños pequeñitos enseñarles a vivir con virtudes puede parecer un concepto abstracto, y no sabemos por dónde empezar. Una forma sencilla y natural es comenzar de acuerdo con los periodos sensitivos y conforme a los núcleos de virtudes.
Aquí te explicamos estas dos formas de acuerdo a la edad de tu pequeño.
Son etapas de la vida de tu pequeño en las que adquiere una determinada habilidad, la cual da paso a la siguiente; sin embargo, en muchos casos pueden estar desarrollando varias a la vez.
Este periodo comprende entre los 0 y los 6 años. Es una época en la vida en la que se aprende más a través del movimiento y del tacto. Estos periodos dejan huellas positivas en las células cerebrales; es decir, ayuda a la creación de hábitos.
Periodo sensitivo |
Edad |
Lenguaje |
Entre los 0 y los 6 años |
Orden |
Entre el año y medio y los 4 años |
Refinamiento de los sentidos |
Entre los 2 y los 6 años |
Movimientos |
Entre los 0 y los 2 años |
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Existen una serie de virtudes nucleares y otras tantas que se encadenan a partir de las primeras. Lo anterior parte del principio de que existen 4 núcleos.
Virtud nuclear | Edad |
Autodominio y orden | A partir del año y medio |
Trabajo y esfuerzo | A partir de los 3 años |
Generosidad y solidaridad | A partir de los 2 años |
Madurez y responsabilidad | A partir de los 4 años |
Al cuidar una cualidad de tu hijo, él o ella mejorará en un conjunto de muchos otros buenos hábitos, lo que se conoce como el principio de armonía de las virtudes.
Aquí te dejamos un ejemplo de las virtudes nucleares y las virtudes anexas que puedes trabajar en tu peque.
Un sólo acto no formará la virtud, hace falta repetirlo y hacerlo con total consciencia; hay que hablar con nuestros hijos para que entiendan por qué se hace y que al actuar deben hacerlo con profunda convicción, incluso si mami, papi o sus maestras no lo están viendo.
Por ello, tanto en el kínder como en el hogar es importante estar alineado en la enseñanza de virtudes que formen pequeñitos felices y convencidos de actuar y hacer el bien. De ahí la importancia de elegir para nuestros hijos un kínder bilingüe como Kidú, en donde la enseñanza de virtudes con amor es tan importante como el desarrollo académico.